Estamos acostumbrados a planear nuestra vida como si la tuviésemos comprada. Solemos planificar, invertir, relacionarnos y demás, sin considerar que en cualquier momento partiremos de esta tierra; por ello, que tu vida se enfoque más allá de lo terrenal.
Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma.
Santiago 4:13-14 (NTV)
Planifica considerando la eternidad
Si estimamos que la muerte es algo seguro y que debemos prepararnos para ello con sabiduría y sabiendo que rendiremos cuentas a Dios, tendremos muy claro cual es nuestra prioridad en la vida y lo demás no ocupará el primer lugar en nuestro corazón.
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
Salmos 90:12 (RVR 1960)
Cuando nuestro enfoque está más en todo lo que estamos alcanzando aquí en la tierra, fácilmente podemos poner otros dioses antes que a Dios y dejar de lado la eternidad.
Reflexiona para quién es tu vida
No está mal planificar nuestra vida considerando que somos parte de la tierra, pero debemos tener siempre presente que Dios es nuestro dueño y que a Él le debemos todo lo que somos y hacemos.
Si vivimos para agradarle, sin duda todo lo que acontezca en nuestro alrededor será motivo para afirmarnos en la fe y glorificar a Dios.
¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Salmos 73:25 (RVR 1960)
Recapacitemos, si no contáramos con nada y si estuviésemos frente a la muerte, ¿quién sería yo, sin todo lo que estoy alcanzado?
No se trata de dejar todo lo que hacemos para dedicarnos a la caridad o ser un misionero, sino de tu relación íntima y de cuánto dejamos que Dios participe de nuestras decisiones y acciones.
Enfoquémonos en que nuestra vida no solo se trata de lo terrenal y vivamos para la eternidad.
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
Isaías 55:6 (RVR 1960)
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