Debido a la historia vemos que la guerra trae graves consecuencias; por lo que no existe un lado ganador, ya que ambos sufren las secuelas del conflicto, las cuales pueden perdurar durante años.
Las consecuencias más obvias de la guerra son la destrucción de infraestructuras y la alta cantidad de muertos y heridos. Ambas se pueden ver al momento; pero hay otras que vienen una vez que finaliza el conflicto y tardan más tiempo en solucionarse.
La guerra genera cambios sociales que en su mayoría son para mal; por ejemplo:
El conflicto armado hace que muchos negocios y viviendas queden destruidos; el proceso de reconstrucción es complejo pues requiere dinero, el cual es difícil de obtener debido al desbalance económico que existe. Otras secuelas de la guerra afectan en las siguientes áreas:
Las graves consecuencias de la guerra anteriormente mencionadas se pueden, hasta cierto punto, superar. Sin embargo, la más difícil es la que corresponde a la salud mental, ya que perdura por años y en su mayoría no se trata.
Los combatientes no son los únicos que sufren los efectos en la salud mental, sino la población en general. Según Amrita Rathi, de la Universidad de Nueva York, la guerra afecta negativamente:
La muerte, las lesiones, la violencia sexual, la desnutrición, la enfermedad y la discapacidad son algunas de las consecuencias físicas más amenazantes de la guerra, mientras que el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la depresión y la ansiedad son algunos de los efectos emocionales. El terror y el horror difundidos por la violencia de la guerra trastornan vidas y rompen relaciones y familias, dejando a las personas y las comunidades angustiadas emocionalmente.
La salud mental es de vital importancia porque refleja la clase de sociedad que desarrolla. Un pueblo que no está bien emocionalmente no puede trabajar con empeño, innovar o preocuparse por su salud física.
Aunque pensamos que con el fin de la guerra se termina todo lo relacionado a ella, los efectos psicológicos que deja son más peligrosos y continúan con el paso del tiempo.
Estas consecuencias de la guerra nos recuerdan que el conflicto nunca es la solución; y si se quiere llegar a un acuerdo, hay métodos pacíficos y no violentos que se pueden utilizar.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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