Decir hoy el “arte” de la política es bastante arriesgado. Porque arte es una manifestación de la actividad humana que busca plasmar en forma bella y diversa la realidad humana.
Pero, como alguien escribió una vez, cuando un país habla mucho de política es que está mal gobernado. Si consideramos que el 70 % del contenido de los medios se ocupa del tema, hay que concluir que las cosas están bastante mal.
Un alto porcentaje de la población de nuestros países declara que no le interesa la política. Porque están enojados, decepcionados, desencantados. La corrupción rampante y la falsedad de las promesas de campaña tienen a la gente harta.
Ni qué decir de los resultados de la gestión política en la economía, la salud, la educación o la seguridad. Definitivamente el horno no está para bollos. El arte de la política está desprestigiado y, en muchos casos, obsoleto.
Notemos, para el caso, las siguientes palabras:
Declararse “apolítico” o “antipolítico” es un acto de irresponsabilidad que les libera el campo a los falseadores de este arte y nos condena a ser gobernados por ellos.
Sergio Sinay, El arte de votar, Perfil, 12 de septiembre de 2021
La política no es exclusivamente el acto de votar o participar en un partido. Atraviesa toda la realidad. Todo lo que hacemos es político. En el mismo artículo, el autor escribe: “Todo ámbito humano (la pareja, la familia, el trabajo, la vida en sociedad) es político, porque somos todos diferentes.”
El arte de la política es articular lo diverso, concertarlo hacia la práctica de un bien común. Su esencia es mejorar los días en todos los ámbitos de la vida. Por lo tanto, no podemos ser “apolíticos”. Incluso no votar es un acto y una declaración política.
Hay que convocarnos a participar en la gestión política. No es preciso, aunque puede ser notable, ser parte de un partido político. Se puede trabajar a nivel del barrio, del municipio, de la ciudad, de la región. El arte de la política es posible para todos.
Entonces, hay una enormidad de tareas en las que podemos involucrarnos. Nombremos algunas:
La gente se suele quejar de que el arte de la política está corrompido, que es una mugre, en fin. Suelo responder a este argumento: “Si tienes una buena idea de cómo debería ser, ¿por qué no te metes a mejorarla en vez de criticar desde afuera?”
Ha llegado la hora, me parece, de organizarse desde la base. Por eso, hay que superar la lógica del poder de los partidos políticos; al menos de aquellos que se han alejado obscenamente de sus principios originales. El arte de la política esta disponible. Practiquémoslo.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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