Hace unos días vi el documental “Besa la Tierra” y su propuesta es maravillosa: lo que hace mal puede hacer bien. Se lanzan toneladas de carbono al aire cada día en el mundo. A través del cultivo regenerativo, pueden regresar al suelo y sanarlo de la aridez y la desertificación.
Explica el mecanismo detalladamente y muestra cómo el carbono se reabsorbe por la tierra siguiendo ciertas condiciones de cultivo que enriquecerán el suelo sostenidamente.
Debe haber una colaboración mundial a través de gobiernos y organizaciones civiles; millones de hectáreas de desierto serían transformadas en verdes pasturas.
Veamos a un nivel humano y personal cómo lo que hace mal puede hacer mucho bien. Es sabido que la ira, la angustia, la depresión y otros males de la vida consumen una cantidad impresionante de energía física, mental y emocional. Se requiere mucha actividad para elaborar la ansiedad, el estrés y los pensamientos negativos.
El documental en comento muestra cómo el carbono es traído de vuelta al suelo y lo sana. Asimismo, la energía que se gasta en lo que hace mal puede ser utilizada con propósitos sanadores.
Entre otras cosas, la respiración profunda, el dominio y control de los diálogos internos, la gestión del estrés, requieren energía. He aprendido muchos de estos procedimientos en la terapia sicológica. Si reviertes la dirección de los pensamientos hacia mejores espacios consumes una importante cantidad de recursos de la mente y de las emociones.
Entonces, con los meses compruebo los efectos sanadores de reorientar la energía del cuerpo y de la mente hacia la libertad y la paz interior. Pienso de nuevo en aquel pasaje que mencioné en el capítulo anterior:
Dije: Enfermedad mía es esta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. Me acordaré de las obras de JAH; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.
Salmos 77:10-11 RVR1960
Si miran a todo este pasaje van a darse cuenta que hay un dramático punto de inflexión. Toda la energía que el escritor del salmo estaba dirigiendo hacia la angustia es transformada en combustible para una mirada completamente distinta. Intentó una mirada sanadora. Una mirada hacia lo bueno que Dios nos ha hecho.
“Traeré, pues, a la memoria” es una acción consciente de la voluntad. Usa la energía de la mente para un propósito benéfico: sanar.
Vean el documental “Besar la Tierra”. Alégrense de saber que hay esperanza para salvar la tierra de la desertificación y la destrucción del suelo. Consideren conmigo, además, el bien que puede hacer mucho reorientar la fuerza interior hacia mejores pasturas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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Muy bueno, ¡gracias Amigo!