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Masivo y singular

Por mucho tiempo he tenido la sospecha – no la divulgo tanto porque no le encuentro suficiente sustento textual – de que las ciudades no fueron una idea original de Dios. Por supuesto, tampoco creo que el plan fuera andar desnudos por ahí toda la eternidad comiendo frutas, hierbas y miel silvestre. Se me ocurre que habría espacio para el amor a la tierra y oportunidad para el desarrollo de la cultura, el arte, la vida comunitaria.

Lo concreto es que la ciudad, ya convertida en enorme conglomerado humano, dio origen a hechos sociales no tan deseables como el hacinamiento, la pobreza extrema a cuadras de la riqueza extrema, la crisis manifestada en piquetes y protestas, la delincuencia, diversas contaminaciones y otras violencias. En algún pasaje bíblico leí la expresión “ciudad que traga a sus moradores”.

En el siglo XIX algunos estudiosos comienzan a hablar de la aparición de la “masa” y la “cultura de masas”, una instancia en la que particularmente las mayorías en desventaja económica y social se manifiestan en los diversos campos de la vida pública. Los reclamos por mejores condiciones de vida y de trabajo por una parte y más tarde por el ingreso a la información, el entretenimiento y a otras expresiones de la cultura, fueron marcando la presencia determinante de la “masa” en el acontecer social.

Hay muchas reflexiones que se pueden hacer en torno a esta irrupción de las “mayorías”. Umberto Eco hablaba de “apocalípticos e integrados” para caracterizar a quienes veían este fenómeno como algo negativo que deterioraría la cultura y a los que lo consideraban como un paso adelante, hacia un progreso político, social y económico para todos y todas.

Los medios de comunicación de masas son un resultado de este devenir. Aportan un espacio en el cual la gente se informa, se entretiene y – si eso fuera posible – se educa. La crítica de los “apocalípticos” ha sido que por su condición de masivo, el medio necesariamente tiene que ser liviano; no puede darse el lujo de profundizar porque la exigencia es actualidad, espontaneidad e inmediatez. Lo que hoy es noticia y sensación mañana es archivo. Y eso, dicen, deteriora la cultura.

Es imposible sustraerse hoy a la presencia de los medios. Son casi omniscientes debido a los teléfonos celulares. La pregunta que nos haremos más adelante es si podemos movernos entre lo singular y lo masivo o nos quedaremos en un solo lugar.

Benjamín Parra Arias

Hay otros universos alrededor nuestro. Contenidos, significados, códigos diversos. Sobre todo, vidas intensamente reales. Espejos donde nos vemos tal cual. Imaginaciones, sueños, broncas, esperanzas, crónicas y memorias...

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