Cuando necesitamos ayuda buscamos primero a las personas en las que más confiamos. ¿A quién acudes primero?
No hay crisis difícil para Dios y sin importar los acontecimientos actuales, el Señor cumplirá sus planes para tu vida.
Ahora es cuando debemos ayudar a nuestro prójimo y confiar en que el Señor suplirá nuestras necesidades.
Tanto el sufrimiento como las cosas buenas son pasajeras. Pon tu mirada en lo eterno.
Confía en Dios, Él nunca falla y sus bendiciones son mejores de lo que podemos imaginar.
Quizás no siempre veas el cuidado de Dios pero eso no quiere decir que no es constante. Presta más atención…
Deja de ver con tus ojos humanos y confía en las promesas de Dios, recuerda que Él no es hombre…