Para mucha gente, especialmente jóvenes, la muerte puede estar a la vuelta de la esquina.
Lo difícil es vivir. Navegamos entre ilusiones perdidas, realidades concretas y hallazgos desagradables...
Los pacificadores no tienen recompensa inmediata. Se los reconoce cuando ya no están entre nosotros.
La vida es compleja y ajena. La verdad no es algo que la gente anda buscando.
Una meditación impertinente sobre el inoportuno consuelo y el verdadero ministerio de consolar
Reflexiones medio trasnochadas, pergeñadas a tirones, sin mucha profundidad, bastante cándidas algunas y definitivamente peligrosas otras.
¿Y si al final las cosas no terminaran como nos han dicho que van a terminar? ¿Ah?
Tal vez sea tiempo de confrontar esa rara idea de la libertad absoluta del dolor y la amargura.