Demasiadas certezas pueden volvernos no sólo intransigentes sino además orgullosos.
Porque todas las cosas de la vida tienen algo trascendente, vale la pena observarla sin tanto barniz religioso
Tanta preocupación por el fin del mundo y tan poca atención a las realidades presentes...
La moneda de la vida, sus dos caras. La inesperada verdad de viejas canciones.
"Quién nos diera un albergue de caminantes donde restañar la sangre de la conciencia y llorar sin reproches la caída…
Manojito de deseos, angustias, esperanzas, sueños y locuras vespertinas. Friegas para la memoria en un fin de semana largo...
Si persisten tales desencuentros entre creyentes, tal vez sea tiempo de reformular el tema de la libertad absoluta del dolor…