He escuchado de muchas personas que quieren llegar al matrimonio para evitar la soledad y mejorar su comunicación. Sin embargo, según estadísticas la comunicación es la principal causa de divorcios.
Muchas personas piensan que cuando llegan al matrimonio se acaba la soledad y se llega a un punto de completa paz y extrema compañía. La verdad es que llegando al matrimonio llega un despego que quizá no imaginabas. Sales de tu casa, vas a un lugar donde solo estas tú y tu pareja, no tienes a tus padres en la mayoría de las veces y sientes que estás con una persona desconocida. No es que te hayas casado con alguien a quien no conoces; pero cuando te casas recién comienzas a conocer a esa persona a quien le dijiste y prometiste amor hasta la muerte.
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
Génesis 2:24-25 (RVR 1960)
Un versículo muy leído, pero a la vez, muy difícil de cumplir.
Casarse, si bien es una bendición, llegar al matrimonio sin conocimiento de lo que es una verdadera comunicación puede crear un problema mayor. No conocer, comunicar o descifrar una comunicación efectiva puede llevar a la pareja a sentirse sola y hasta abandonada en medio de un matrimonio. Aun cuando Dios los unió a ser una sola carne.
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.
Efesios 4:26 (RVR1960)
Los desacuerdos son inevitables en el matrimonio, pero cómo manejamos nuestro enojo es crucial para la comunicación. Este versículo nos insta a abordar el conflicto de manera adecuada, expresando nuestras emociones sin pecar en nuestra ira. Al buscar una resolución pacífica y no permitir que la ira se prolongue, podemos mantener abiertos los canales de comunicación y fortalecer nuestra relación.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.”
Santiago 1:19 (RVR1960)
Ser buenos oyentes es esencial para una comunicación efectiva. Este versículo nos insta a ser rápidos para escuchar y lentos para hablar, evitando reacciones impulsivas o explosivas. Al darle espacio a nuestro cónyuge para expresarse y practicar la paciencia, podemos fomentar una comunicación más armoniosa.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Efesios 4:29 (RVR1960)
Este versículo nos recuerda la importancia de hablar palabras edificantes y de bendición en lugar de palabras hirientes. Al practicar la bondad en nuestra comunicación, podemos fortalecer y construir nuestro matrimonio.
Una comunicación efectiva requiere más que sentarte al lado de tu pareja y pretender que la escuchas. Requiere compromiso, paciencia y práctica constante, mientras más lo haces, mas natural sale.
A medida que ambos se esfuercen por implementar estos principios en su matrimonio, podrán fomentar una comunicación más efectiva, activa y eficaz, y los llevará a nunca sentirse solos y realmente acompañados. Y como resultado, tendrán una relación más sólida y satisfactoria.
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