En el segmento Viernes de terapia junto a la licenciada Débora Pedace tratamos un tema que puede ser de mucha ayuda para aquellos que dicen: Necesito de otra persona para sentirme pleno y completo.
Se la define como un estado psicológico que se da en las diferentes relaciones tanto de pareja, familiares o de amistad en donde una o ambas partes de la relación dependen del otro para su bienestar mental, emocional y social. En otras palabras, son personas que necesitan de otra para sentirse plenos y completos.
Pueden darse casos de dependencia emocional transitoria, pero por lo general esta dependencia suele tener origen en la personalidad de las personas que lo padecen; por lo tanto, lo habitual es que el paciente repita este patrón emocional a lo largo de su vida, tanto con su pareja, amigos, familiares, entre otros.
Pero, en general, estas personas buscan tener cerca individuos con carácter dominante, posesivo y autoritario, alimentando una relación toxica dañina incluso para ellos mismos.
Dentro de los síntomas más comunes pueden estar el estrés y la ansiedad por no soportar estar solos o lejos de las personas de las cuales dependen. El miedo a quedarse solos es un síntoma predominante en ellos, lo que los lleva a permanecer en vínculos o relaciones en las que no son felices con tal de no perderlos. Son personas sumisas y no son capaces de expresar lo que sienten, creen o piensan para no disgustar al otro.
Existen muchas clases de síntomas relacionados con el sentirse inferior a los demás o incluso peor, que no son lo suficientemente buenos para merecer otra cosa y su autoestima está muy debajo de lo necesario para poder salir a tiempo.
Las personas que durante su infancia no lograron desarrollar un apego seguro con sus figuras parentales, son las más proclives a desarrollar este tipo de dependencia ya que necesitan de otro para sentirse seguros porque no lo obtuvieron en sus primeros años de vida. Es importante recalcar que esto no nos determina, sino que nos orienta. Cuando uno creció en un ambiente invalidante o disfuncional, debe trabajar en ciertas conductas para alcanzar la madurez necesaria y continuar viaje.
Si te identificas con este tipo de conducta o tenes cercanos a vos que lo viven a diario, te recomendamos en primer lugar, ir juntos a la raíz, a la infancia. Para eso, y en un proceso terapéutico de forma escalonada, trabajaremos las primeras relaciones, las dinámicas generadas, los tiempos de compartir y de juego, entre otras.
En segundo lugar, trabajaremos sobre los recuerdos o creencias que generaron ese estilo de dependencia. Por ejemplo, si nunca existió miedo a la soledad, tampoco habrá necesidad de elegir una pareja o un amigo desde ese vacío.
En tercer lugar, y para finalizar, nos centraremos en el presente, en los vínculos actuales, y como favorecerte de herramientas que te permitan regular tu autoestima, aumentar tu autocontrol y generar una puesta de límites correcta.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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