El trabajo dignifica a las persona, pero eso no significa que debemos permanecer en un mal empleo para siempre. Debemos tener presente que no existe el centro laboral perfecto; sin embargo, hay señales que nos permiten saber cuándo debemos considerar buscar un mejor prospecto.
Un estudio demostró que las personas que afirman odiar los lunes, en realidad odian las actividades que hacen ese día y no el lunes específicamente. Por lo tanto, una señal muy clara de que no te sientes a gusto en tu empleo es cuando empiezas a odiar el inicio de semana laboral.
Cuando amas lo que haces y lo disfrutas, ir a trabajar es un placer y no una obligación. Si de pronto tienes pereza y desgano por ir a tu centro laboral, es momento de considerar cambiar de empleo.
Los asuntos laborales deben terminar en cuanto culminan las horas de trabajo, pero a veces cargamos con los problemas y nos los llevamos hasta nuestros hogares. Si esto se convierte en el factor que determina nuestro estado de ánimo, es una señal de que el trabajo no es una buena influencia en nuestra salud mental.
La ocupación que tenemos no solo debe ser el medio por el cual obtenemos ingresos económicos, sino también un contribuyente a nuestro crecimiento y desarrollo. Si tu trabajo te consume y no te permite avanzar, considera cambiarlo.
Tu trabajo debe hacerte feliz, no solo porque obtienes un pago, sino porque sientes que estás haciendo algo productivo y constructivo. Si te pasas la vida en un empleo que no te permite ser de ejemplo para otros o marcar la diferencia en el mundo, entonces no vale la pena conservarlo.
El acoso, maltrato y otros comportamientos negativos no pueden ser permitidos ni tolerados en un centro de trabajo. Si tienes una mala relación con tus compañeros o jefes, no te quedes estancado en ese trabajo y busca mejores oportunidades laborales.
La explotación laboral va en contra de los Derechos Humanos y no hay ninguna razón que lo justifique. Si estás pasando por una situación similar, renuncia a ese empleo, busca ayuda y denuncia a las autoridades pertinentes.
La presión en el trabajo, en cierto grado, es normal. Sin embargo, si los problemas laborales te estresan dentro y fuera de tu empleo, podría afectar gravemente tu salud. Considera que de nada vale ganar millones de billetes en una ocupación si no tienes salud.
Los centros de trabajo constantemente nos llevan a tomar decisiones difíciles. No obstante, si tus funciones laborales hacen que actúes en contra de tus creencias, principios, moral y valores, es una señal inequívoca para renunciar y buscar un mejor prospecto.
La remuneración económica debe ser proporcional a las funciones y al tiempo de trabajo. Si en tu empleo actual no recibes el salario adecuado, puedes pedir un aumento y justificar las razones de porqué lo mereces. Si no obtienes el pago justo, considera renunciar e ir a un lugar donde sí aprecien tus talentos y experiencia.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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