Dejar un mal hábito no es fácil; quien diga lo contrario es porque nunca lo ha hecho. Sin embargo, no es imposible. Se puede lograr en base a dos ingredientes principales: esfuerzo y constancia.
Los malos hábitos son patrones negativos en la conducta. Los más comunes son: la procrastinación, morderse las uñas, el chisme, ser impuntual, usar el celular en el baño, etc.
Estos malos hábitos afectan tu vida más de lo que crees: te impiden madurar y ser una mejor de ti mismo. Por eso es importante aprender a dejarlos por completo.
No puedes dejar un mal hábito si lo tienes al alcance de la mano. El primer paso para cambiar tu vida es alejarte de todo lo que te invite a hacer lo malo.
Por ejemplo, si quieres dejar de comer en exceso cuando tengas ansiedad, entonces no tengas dulces o comida chatarra en tu casa. Incluso si debes tomar medidas extremas, hazlo, porque si no actúas ahora, no lo harás nunca.
¿Alguna vez has jugado un videojuego? Cuando avanzas de nivel y ves hacia atrás, recuerdas qué niveles te presentaron más problemas y cuáles fueron más sencillos. Ese acto de recordar resulta satisfactorio porque sabes que puedes ver dónde comenzaste y dónde te encuentras en el momento.
Lo mismo sucede cuando quieres dejar un mal hábito.
Si llevas cuenta de tu progreso, sentirás motivación para continuar. Así, por ejemplo, puedes hacer una lista diaria y subrayar cada día que no practiques ese mal hábito. Al final de la semana podrás ver cuánto has avanzado y querrás continuar con la disciplina.
Las cosas que hacemos con frecuencia se convierten en hábitos; entonces, si reemplazas el hábito negativo por uno positivo, y lo practicas a diario, tienes más posibilidades de superarte. Ten en cuenta que el hábito de reemplazo debe ser algo que te ayude para mejor; caso contrario estarás cambiando un vicio por otro.
Si no estás seguro sobre qué hábito elegir, intenta probar cosas nuevas y luego elige la que más te llame la atención.
Cuando sientas que tu fuerza de voluntad es débil, entonces pide ayuda de alguien en quien confíes. Esa persona te ayudará a mantenerte en el buen camino y a dejar el mal hábito cada vez que intentes hacerlo.
Procura que esa persona sea responsable y madura; pues si no lo es, podría inducirte a hacer cosas negativas y podrías terminar peor de como estabas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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