Existen comportamientos que nos impiden cambiar la mentalidad porque no tenemos la perspectiva correcta. Hellen Keller explicó este punto cuando dijo:
Mantén tu rostro al sol y así no verás las sombras.
Si nos enfocamos en las cosas negativas, entonces todos nuestros hechos estarán propensos al fracaso, desánimo, conformismo, depresión e infelicidad. En cambio, si cambiamos nuestra forma de ver la vida, entonces podremos salir adelante. Pero ¿qué hace que no podamos cambiar de mentalidad?
John Kim, terapeuta licenciado en matrimonio y familia, explica que las distorsiones cognitivas son responsables de reforzar los pensamientos o emociones negativas. Estas distorsiones son las que impiden cambiar la mentalidad; y aunque existen varias, estas son las más comunes:
Sucede cuando filtramos todos los aspectos positivos de una situación y solo nos quedamos con lo negativo. Kim afirma que esto hace que «la visión de la realidad se oscurezca o distorsione».
Por ejemplo, si queremos tomar una decisión importante, nos fijamos únicamente en todo lo que podría salir mal. No pensamos en las ventajas, sino que le damos mayor relevancia al desastre.
Se da cuando pensamos en los extremos, (éxito o fracaso) y no pensamos en que toda situación es más compleja y que debemos aprender a analizarlas con sus diversas tonalidades de colores, y no solo en blanco y negro.
Pensar de esta manera no solo te impide cambiar tu mentalidad, sino que también te lleva a tomar decisiones radicales que podrían ser dañinas a largo plazo.
Esto nos sucede más a menudo de lo que creemos. Se da cuando pensamos que una mala experiencia es la norma de lo que pasará en el futuro. Al respecto, Kim da un ejemplo de esta distorsión:
Si algo malo sucede sólo una vez, esperamos que suceda una y otra vez.
En la vida diaria aprendemos gracias a los malos acontecimientos; pero cuando pensamos que todo lo que nos espera es negativo, entonces no hemos aprendido la lección adecuadamente. Una sola mala experiencia no es la regla porque nadie sabe qué ocurrirá en lo postrero; por lo tanto, no podemos sobregeneralizar los hechos.
Ocurre cuando dejamos que nuestros prejuicios nos predispongan ante un hecho o persona. Cuando llegamos a conclusiones precipitadas, nos alejamos de la verdad y dejamos que la falsa realidad nos ciegue. Actuar de esta manera hace que nos resulte imposible cambiar de mentalidad y, por consecuencia, no maduremos como individuos.
Es cuando exageramos la importancia de eventos insignificantes. Kim explica:
Esperamos que ocurra un desastre, no importa qué. Esto también se conoce como «magnificar o minimizar».
Si has podido identificar tu comportamiento con alguna de las distorsiones cognitivas mencionadas anteriormente, es momento que revalúes tus decisiones.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
La licenciada Débora Pedace nos habla de 6 pasos para el autoperdón, la importancia de…
Mientras vivimos en una sociedad que valora las apariencias, Dios nos llama a enfocarnos en…
Como mujer se te puede hacer difícil manejar tu vida y hoy te traemos cinco…
¿Qué significa esperar en Dios? Confiar en Él, en Sus promesas y Su tiempo perfecto.…
Como cristianos, uno de nuestros mayores llamados es ser transformados a la imagen de Cristo.…
El Buen Pastor, Jesús, no te dejará y por más lejos que te encuentres, te…