Si no sabes cómo iniciar una conversación con una persona, a continuación tienes algunos consejos que puedes aplicar. Ten presente que la fluidez de un diálogo puede variar, así que continúa practicando y no te rindas al primer intento.
Aunque nuestras palabras son importantes, el tono de voz y el lenguaje corporal lo son más. De nada vale que tu intención sea ser amigable si tu postura o entonación indica hostilidad. Cuando te acerques a alguien, hazlo con confianza y sin prejuicios; de esta manera la otra persona no rechazará tu compañía.
También recuerda que debes respetar el espacio personal, o de lo contrario, podría percibirse como un acto intimidante y de mal gusto.
Observa cuáles son los intereses o gustos de la otra persona, esto te ayudará a iniciar la conversación. La gente está más abierta a hablar sobre lo que les agrada, así que demuestra interés por lo que la otra persona tiene que decir.
Cuando el diálogo progresa, fíjate qué temas tienen en común; y si deseas, comparte algunos de tus intereses. Recuerda no abrumar con tus palabras, en cambio, procura que la intervención sea igualitaria en ambas partes.
Si tu intención es mantener un diálogo amical y positivo, entonces evita hablar de temas que afecten directamente a sus creencias políticas o religiosas.
Si tu opinión diverge de la suya, en vez de acercarte a la persona, esto creará un muro entre ambos y les impedirá conocerse mejor. En cambio, fíjate en el ambiente que los rodea y haz de eso un tema de conversación. Cuando hagas un comentario, evita criticar y no intentes impresionar con comentarios inteligentes.
Enfócate en la conversación y no te distraigas. En tu mente puedes tener un sinfín de preocupaciones o recuerdos que saltan al momento por alguna palabra que dijo la otra persona; pero si dejas que tus pensamientos se apoderen de tu concentración, entonces habrás ignorado algo primordial de la charla.
Cuida que tus gestos también indiquen que estás presente en el momento y le estás otorgando tu máxima atención.
Si quieres aprender a escuchar, te recomendamos leer: 5 consejos para aprender a escuchar.
El secreto de hacer que alguien continúe una conversación es no hacer una pregunta larga. Las preguntas complejas tienden a ser cerradas, mejor dicho, solo se pueden responder con un sí o no. En cambio, las preguntas cortas y sencillas hacen que la otra persona se explaye. De esta manera, el diálogo se vuelve fluido e interesante.
No olvides que ser tú mismo siempre es la mejor manera de empezar nuevas relaciones sinceras y duraderas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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