Pareciera una redundancia, y para algunos una contradicción, pero sí hay señales que indican que puedes ser egoísta con tu amor propio. Generalmente quienes tienen amor propio, se estiman, se sienten contentos consigo mismos. Una persona con amor propio se da gustos y toma decisiones en base a su salud, a su bienestar y a sus sueños y propósitos.
Las personas egoístas son narcisistas, solo piensan en ellos. Se preocupan solo por sí mismas, se valoran y se aman por encima de todos los demás. Pero hay personas egoístas que no solo tienen dificultad para amar a los demás, sino también a sí mismas. Entender nuestras propias necesidades implica respetarnos a nosotros mismos y es la manera de tenernos amor propio.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mateo 19:19 (RVR1960)
Esas palabras aparecen en la Biblia más de una vez. Implican que el respeto propio, el cuidado de nuestra salud, nuestra integridad y comprendernos deben ser semejantes al que damos. Quienes se dedican por completo a complacer, atender y servir a otros y se descuidan a sí mismos son egoístas con su amor propio. Por ejemplo, las personas que se dedican a estar a la disposición de otros cuando le necesiten, las madres sobreprotectoras pueden caer en esa categoría.
Tener amor propio, respeto por uno mismo, preocuparnos por estar bien, sentirnos bien no es egoísmo. Y solo amándonos a nosotros mismos podremos amar a otros. No podemos dar de lo que no tenemos. No seamos egoístas con nuestro amor.
Tengamos en cuenta que si damos demasiado a otros y nos descuidamos nosotros, llegará el momento en que nos frustraremos. O llegaremos a pensar que, si hemos dado tanto, merecemos lo mismo a cambio y nunca será suficiente lo que hagan esos otros por nosotros. Ahí caemos en la insatisfacción. Todo exceso es nocivo.
Se dan casos en que dedicarnos en cuerpo y alma a otros nos hace pensar que somos mejores que ellos. También podemos llegar a pensar que ser así nos gana la compasión y el favor de los demás. Lo lógico y balanceado es que podemos atender a otros, muchas veces ponerlos antes que nosotros, pero no por ello descuidarnos. No atendernos a nosotros mismos, a nuestras necesidades y gustos sería ser egoístas con nuestro amor propio. Y siendo así, no es posible poder amar a otros como se merecen.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
La licenciada Débora Pedace nos habla de 6 pasos para el autoperdón, la importancia de…
Mientras vivimos en una sociedad que valora las apariencias, Dios nos llama a enfocarnos en…
Como mujer se te puede hacer difícil manejar tu vida y hoy te traemos cinco…
¿Qué significa esperar en Dios? Confiar en Él, en Sus promesas y Su tiempo perfecto.…
Como cristianos, uno de nuestros mayores llamados es ser transformados a la imagen de Cristo.…
El Buen Pastor, Jesús, no te dejará y por más lejos que te encuentres, te…