Hay muchas personas que intentan superar el síndrome del impostor, porque creen que no merecen el reconocimiento de otros.
Este fenómeno es muy común, pero poco se habla porque suele ser vergonzoso y hasta tabú. Y es por este hecho que muchos piensan que es algo irrelevante y que no merece tratarse. Sin embargo, sufrir del síndrome del impostor puede llevar a la baja autoestima y, por consecuencia, afectar las relaciones interpersonales y la madurez personal.
Si quieres valorar tus logros, sin llegar al orgullo, y reconocer el trabajo duro que haces, presta atención a los siguientes consejos.
Puede que sientas que eres la única persona que siente que es un fraude; pero hay mucha gente que sufre del síndrome del impostor. Cuando compartes tus emociones y experiencias, no solo siente alivio, sino que también puedes conectarte con otros que en la misma situación.
Busca personas de confianza y coméntales qué sientes. Explícales que tu intención no es recibir halagos o alabanza por lo que has logrado, sino entender de dónde proviene tu duda y cómo puedes manejarla.
Si te parece mejor, puedes comentarlo con un líder, consejero o terapeuta de tu elección.
Las personas están acostumbradas a celebrar los logros, pero a menudo ignora el trabajo y esfuerzo que se requiere para llegar a una meta. El síndrome del impostor te hace olvidarte del proceso que tuviste que enfrentar, y hace que creas que no mereces lo que alcanzas. Por esa razón, una herramienta que te ayudará superar este pensamiento es la escritura.
Está científicamente comprobado que la escritura ayuda a lidiar con el trauma; y en este caso, puede ayudarte a superar el síndrome del impostor. Cuando escribes qué es lo que sientes, los obstáculos que tienes que superar y qué herramientas te ayudaron, con el paso del tiempo, cuando sientas que el síndrome del impostor te dice que no mereces tus logros, revisa lo que escribiste.
Si no te gusta escribir, puedes grabar tus pensamientos en audio o en video y tenerlos en un archivo privado para que te ayude en el futuro. Además, te servirá por si alguna vez te toca vivir una situación parecida y no sabes cómo enfrentarla.
La comparación no te ayudará a superar el síndrome del impostor, así que evita medirte con los demás, ya sea en lo bueno o malo. Recuerda que cada persona enfrenta un proceso diferente, y no por eso algunos son más que otros.
Hay momentos específicos en los que la comparación puede servirte de impulso, pero si tienes dudas sobre tus logros y metas, es mejor evitarla.
Dejar de sentirte como un fraude no implica ser orgulloso; y para mantenerte con los pies en la tierra, debes rodearte de personas que valoren tu esfuerzo.
Un buen círculo de apoyo te inspirará a continuar, así como a celebrar tus logros y derrotas. Estas personas deben ser maduras y deben ser genuinas para alegrarse y llorar contigo.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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