En el segmento Viernes de terapia junto a la licenciada Débora Pedace hablamos sobre: ¿Qué es la presión psicológica? La presión es inherente al ser humano.
Siempre que nos enfrentamos a cualquier situación de la vida cotidiana, como llegar a tiempo a una cita, desempeñar de modo adecuado un trabajo o competir en algún deporte o destreza especial, nos hará estar expuestos a cierta presión, algunas veces más pasiva e imperceptible que otras, pero siempre estará presente y acompañándonos.
Del mismo modo, sentimos presión al querer cumplir nuestras expectativas o las de los otros, el desear ser buenos padres, buenos en nuestra pareja, buenos hijos, empleados, amigos, etc. Todo el tiempo estamos expuestos a lo que llamamos presión psicológica.
Si bien esto es un fantasma que se genera en la mente, repercute en todo nuestro sistema nervioso, produciendo síntomas tanto a nivel mental como físico. Muchos han definido la presión como ese estado intermedio entre el nerviosismo y el estar en calma, pero cuando la presión es incontrolable y sobrepasa su máximo nivel puede incluso bloquearnos y dejarnos sin respuesta.
Es importante comprender que la presión dispara inseguridad por miedo a la incertidumbre. Si pudiésemos ver el resultado final como en una película, no sentiríamos presión y sería más sencillo transitar el proceso. Cada acción que realicemos dependerá de la manera de pensar y de interpretar esa situación.
Cuando la presión nos invade, descoloca nuestra voluntad, y es ahí cuando surgen los juicios valorativos y una necesidad anticipada de satisfacción, pudiendo resultar en pensamientos intrusivos sobre lo que se está haciendo y lo que se desea. Poder manejar la presión psicológica frente a las demandas del entorno es lo que hace la diferencia entre personas que toman buenas o excelentes decisiones.
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¿Hay alguna manera de controlar esta presión? Siempre se puede. Basta con pedir ayuda en caso de ser necesario para realizar técnicas específicas orientadas a dar calma y control sobre las presiones. Estas técnicas están basadas en la concentración, el optimismo y el generar confianza en uno mismo, dejando de lado las expectativas que teníamos respecto de esa presión.
Cuando sientas que incluso haciendo esto, no puedes superarlo, será cuestión de pedir ayuda a profesionales expertos en el tema que te sostengan y acompañen en tus momentos más críticos.
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