El día de hoy conversamos con la licenciada Débora Pedace sobre cómo vivir rompiendo malos hábitos. También de cómo deshacernos de esas conductas que nos terminan alejando de lo que realmente queremos lograr.
Comencemos por el principio, ¿qué es un hábito? Un hábito, en líneas generales, es un comportamiento aprendido que se realiza de forma frecuente y automática, luego de varias repeticiones. Es algo adquirido, ya que uno no nace con ciertos hábitos, sino que los ejercita y desarrolla hasta que forman parte de su ser cotidiano.
Tanto los buenos como los malos hábitos son conductas que se repiten en el tiempo conformando una secuencia que se automatiza y se asienta en la cotidianidad de la persona. Necesitamos constantemente vivir rompiendo malos hábitos.
Todos en algún momento de nuestra vida soñamos con alcanzar algo. Débora dice que la diferencia entre las personas que logran metas y las que siempre se quedan en el intento, radica en la capacidad que tengan para generar buenos hábitos que los conduzcan hacia allí.
Los hábitos muchas veces suelen operar como vías para alcanzar esa meta. Es importante que comprendas que un mal hábito puede impedir que alcances esos objetivos o sueños que tanto deseas alcanzar.
Cualquier conducta que dañe tu salud, tanto física, mental, espiritual o social. O cualquier comportamiento que, incluso siendo bueno, te robe la perspectiva para llegar a donde deseas. Por eso, la licenciada puede asegurarte que lo que uno pueda considerar como un buen hábito, para otra persona puede ser malo.
Aquí te dejamos algunos que se suelen ver a menudo entre los pacientes que Débora tiene:
Es fundamental que aprendamos a deshacernos de los malos hábitos y adoptemos nuevas costumbres que refuercen de manera positiva aquellas metas que tenemos.
Para finalizar, en los años 60 se investigó la idea de que un hábito demora 21 días en modificarse. Este estudio lo realizó un cirujano plástico que quiso demostrar con sus pacientes que se operaban y se tenían que adaptar a su nuevo rostro. Poco después se demostró que en algunas personas esto demora mucho más: 254 días.
En resumidas cuentas, no podemos considerar un tiempo específico. Sino que, según cada persona, algunas lo logran de forma inmediata y para siempre, otras sufren recaídas y les cuesta mucho. Lo más importante es seguir intentándolo y perseverar hasta que la nueva conducta sea definitiva y automática.
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