En esta oportunidad trataremos un tema que, si bien tiene que ver con un rasgo del temperamento, cuando está muy instalado puede desembocar en ciertas fobias o interferir de forma abrupta en las relaciones interpersonales. Nos referimos a la timidez extrema; y en este artículo hablamos de qué es y cuáles son sus consecuencias.
La timidez en sí no está considerada como un rasgo psicológico malo o patológico; pero si se presenta en extremo, puede generar malestar en quien lo padece. Su característica principal es la sensación de inseguridad o la preocupación por la valoración que los demás tienen de uno mismo.
En las personas tímidas existe un sesgo pesimista que los hace propensos a pensar que cualquier comportamiento que tengan o cualquier palabra que digan quedará fuera de lugar y pasarán el ridículo. Esta dificultad aparece frente a ciertos estímulos y nace desde el interior, no porque alguien haya hecho o dicho algo.
Como consecuencia, cuando les toca interactuar con los demás, ya sea un vínculo cercano o un jefe o compañero de trabajo, tienden a mantener un estado de hipervigilancia de las propias acciones lo cual genera cierto grado de ansiedad. En los casos en donde la timidez es muy marcada, la ansiedad también lo es, y puede generar cierta fobia social o el aislamiento para evitar el colapso.
En necesario hacer una salvedad y diferenciar la timidez de dos palabras que, si bien en extremo pueden generar los mismos síntomas o consecuencias, tienen diferentes connotaciones. Una es la vergüenza y la otra la introversión.
A diferencia de la timidez, la vergüenza es un sentimiento de incomodidad producido por el temor a hacer el ridículo ante alguien, la mirada esta puesta en lo que el otro pudiera pensar. En el caso de la introversión, se hace foco en el interior y en los procesos internos. Las personas introvertidas pueden ser tímidas o no, y están interesadas en sus sentimientos y en su mundo interior.
En lo referido a los síntomas de la timidez, los más comunes suelen ser:
No hay causas lineales o específicas para ser como somos, pero sí hay ciertos factores que influyen en nuestro modo de ver la vida. Podemos mencionar algunos como la crianza y los modos de interactuar con nuestro entorno. Si crecimos en un ambiente demasiado rígido, exigente o demandante o si hubo trastornos relacionados con la ansiedad en la familia. También la genética influye de forma directa y ciertos acontecimientos traumáticos ocurridos durante nuestra vida.
Para finalizar, si eres una persona que se ha identificado con lo mencionado y desea superar su timidez, vamos a ir paso a paso para ayudarte a sobreponerte a ella.
Claramente la personalidad no se modifica, pero el carácter sí. Moldear el carácter y animarte a enfrentar tus miedos es lo más importante.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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