Al dar también recibes.

Al dar también recibes.

¿De qué sirven multitudes de carros, casas, viajes; si no se tiene la más mínima idea de qué hacer con ellos? ¿Estás invirtiendo en tu futuro? ¿En tu vejez? ¿Has previsto que en la vida puede ocurrir cualquier eventualidad?

¿Te has ocupado hoy de expresar tu amor a tus seres queridos? ¿Has pensado que al dar también recibes? ¿Has compartido tu éxito monetario con personas discapacitadas, ancianos, fundaciones de ayuda al prójimo? ¿Le has sonreído hoy a alguien que lo necesitara? ¿Le has preguntado a alguien como sigue su familiar enfermo?

Esas “cositas” también hacen la vida abundante y traen prosperidad. Es una coincidencia muy llamativa que en las biografías de grandes millonarios, varias se corresponden en la idea de que estos personajes tuvieron muy presente el hecho de retornar los beneficios recibidos. También coinciden en decir que muchos de ellos fueron personas carismáticas, dotadas de don de gentes. Muchos de ellos, se caracterizaban por saberse los nombres y apellidos de literalmente “miles de empleados”. ¿Saludar, ser amables, gentiles, en algún momento ocasionó el deterioro de sus fortunas? No, que se sepa.

Una persona que disfruta de una vida abundante, proyecta una vida saludable en muchos aspectos, le sonríe a la vida, es optimista con los pies en la tierra, cree en sus proyectos y lucha por ellos, sobretodo está dispuesto a caer las veces que haga falta, porque posee de valor inestimable: la fortaleza de carácter, la cual le permitirá levantarse cuantas veces sea necesario y goza de gran prosperidad.

La vida abundante es la vida eterna, una vida que comienza en el momento que venimos a Cristo y lo recibimos como Salvador, y continúa a lo largo de toda la eternidad. La definición bíblica de la vida — específicamente la vida eterna — es proporcionada por Jesús mismo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. ” (Juan 17:3). Esta definición no hace mención de la longitud de los días, la salud, la prosperidad, la familia o la carrera. De hecho, lo único que menciona es el conocimiento de Dios, que es la clave para una vida verdaderamente abundante.

El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana

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. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

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