Sabemos que Dios es fiel, pero a veces aceptamos este hecho en teoría y no en la práctica. Esto se demuestra cuando llegan las dificultades y no confiamos en Dios, sino las personas, en nuestros bienes o incluso en falsas creencias.
En cambio, cuando comprendemos la magnitud de la fidelidad de Dios, entonces tenemos fe en que Él no nos abandonará y está dispuesto a sostenernos.
Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1:9 (NTV)
Pese a todos los pecados que cometemos y las veces que le fallamos a Dios, Él no nos juzga como merecemos, sino que nos perdona. El grado de su amor es tal que estuvo dispuesto a enviar a Su único Hijo para salvarnos.
Dios es consistente con sus acciones, y el perdón que ofrece es algo que sigue vigente. Esta es una muestra más de Su fidelidad, y prueba que podemos confiar en Él.
Dios siempre cumple sus promesas, y él es quien los ha llamado a compartir la vida con su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
1 Corintios 1:9 (PDT)
La Biblia está llena de promesas; algunas de ellas se cumplieron para las personas a quienes estaba dirigida, y otras aún no se cumplen puesto que el tiempo no es el indicado. Sin embargo, Dios nunca deja de cumplir lo que promete y es fiel a Su palabra. Es por este motivo que podemos confiar plenamente cuando dice que no nos abandonará ni dejará.
El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!
Lamentaciones 3:22-23 (NVI)
Dios nos da de Su gracia para que podamos disfrutar de sus bendiciones; y esta gracia es inagotable. En los versículos de Lamentaciones, vemos que su misericordia se renueva cada mañana, independientemente de lo que hagamos o dejemos de hacer.
Aunque en nuestra comprensión humana es difícil de entender la magnitud de Su fidelidad, podemos tener la certeza de que Dios estará con nosotros.
Tu palabra, Señor, es eterna, y está firme en los cielos.
Salmos 119:89-91 (NVI)
Tu fidelidad permanece para siempre; estableciste la tierra, y quedó firme.
Todo subsiste hoy, conforme a tus decretos, porque todo está a tu servicio.
Nuestras vidas son pasajeras, pero Dios es eterno y nunca cambia. Esto significa que Su palabra también permanece para siempre.
El sacrificio de Jesús por nosotros en la cruz sucedió hace muchos años; pero su promesa de salvación continuará, incluso después que nuestra generación haya pasado. Este acto de fidelidad de Dios nos prueba que no podemos confiar en lo terrenal y pasajero, pero sí en el Dios eterno.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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