≪¿Cómo puedo perdonarme a mí mismo?≫ es la pregunta que muchos se hacen porque, pese a que Dios borra nuestras faltas, nosotros nos empeñamos en recordarlas. Entonces, ¿cómo podemos perdonarnos y disfrutar de la libertad que tenemos en Jesús?
Con nuestra capacidad humana, en ocasiones puede ser arduo entender que el amor de Dios no es como el nuestro. Cuando Él dice que perdona y olvida, es porque realmente lo ha hecho. Su misericordia se renueva cada día y su gracia nos permite estar con vida cada día. El perdón de Dios se extiende hacia todos nosotros, así que lo único que debemos hacer es pedirlo (1 Juan 1:9).
Vivimos en el presente, y cada segundo que transcurre, ya pertenece al pasado. No existe máquina que nos permita retroceder el tiempo de manera que podamos rehacer nuestros errores. Por lo tanto, es inútil lamentarnos por aquello que ya ocurrió. Cada día trae consigo una nueva oportunidad, así que debemos aprovecharla (Isaías 43:18-19).
Cada acción tiene una consecuencia y no podemos escapar de ella. Por lo tanto, cuando tengamos que enfrentar esta situación, no debemos quejarnos, en cambio utilizar la experiencia como una oportunidad de aprendizaje. Además, es en esos momentos cuando debemos acercarnos a Dios aún más (2 Corintios 12:9).
Los sabios aprenden de sus errores, y uno no puede hacer esto si está estancado en la culpa. Un pecado cometido, perdonado por Dios, ya no existe más. Esto no es un permiso para hacer el mal deliberadamente, sino para superar las dificultades y continuar hacia adelante (Filipenses 3:13).
Tus errores no hacen quien eres, sino las decisiones que tomes después de ellos. Utiliza tu pasado como una base en la cual puedas construir una nueva vida en Jesús. Él nos ama y solo debemos aceptar su amor. Una vez que entendemos esto, podremos comprender que nuestro valor reside en él (2 Corintios 5:17).
Estar en constante comunicación con Dios es importante, no solo para crecer y madurar en nuestra fe, sino también porque debemos ser agradecidos por todo lo que hace por nosotros. No hay nada mejor que la oración sincera y sin fingimientos. Después de todo, Dios conoce nuestro corazón y lo que desea es que seamos honestos ante Él (Salmos 145:18).
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
La licenciada Débora Pedace nos habla de 6 pasos para el autoperdón, la importancia de…
Mientras vivimos en una sociedad que valora las apariencias, Dios nos llama a enfocarnos en…
Como mujer se te puede hacer difícil manejar tu vida y hoy te traemos cinco…
¿Qué significa esperar en Dios? Confiar en Él, en Sus promesas y Su tiempo perfecto.…
Como cristianos, uno de nuestros mayores llamados es ser transformados a la imagen de Cristo.…
El Buen Pastor, Jesús, no te dejará y por más lejos que te encuentres, te…