Hay situaciones en las que muchos matrimonios empiezan con gran ánimo, amor y expectativas, sin embargo un tiempo después todo esto se va desvaneciendo cuando la infidelidad ingresa a su relación.
La infidelidad es el incumplimiento del compromiso de fidelidad, es romper de forma consciente un acuerdo afectivo. Es doloroso y muy dañino para las personas, para la familia y para la sociedad.
Los que han experimentado esta dolorosa situación, al principio se sienten denigrados, y sin valor. Incluso llegan a creer que es culpa de ellos, lo cual no es cierto porque no hay excusa para la traición.
Así como a cualquier persona le duele que le sean infieles, también para Dios es doloroso que nos vayamos tras otros amores.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.
Jeremías 2:13 (RVR 1960)
Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
2 Corintios 11:2-3 (RVR 1960)
Todos somos propensos a extraviarnos y ser infieles a Dios. Por ello, es primordial cuidar nuestro corazón y mente de todo lo que le roba el primer lugar en nuestra vida.
Nuestra vida es el vivo reflejo de a quién le somos fieles. Es así que si renovamos nuestro compromiso y alimentamos el amor hacia Él, nos mantendremos fieles.
Si consideras que te has alejado de Dios y que no forma parte importante de tu vida, puedes volver a Él, sólo tienes que acercarte nuevamente y reiniciar una relación. Él no te reprochará nada ni te rechazará, al contrario te espera con los brazos abiertos.
No dudes y haz un compromiso de fidelidad con tu esposo, tu familia y sobre todo con Dios.
Señor, examina mi corazón y mi vida, y si soy infiel, te ruego que me perdones y me limpies de todo mal. Quiero comprometerme nuevamente contigo, en fidelidad y constancia, no quiero dejarte por otros amores pasajeros, porque sé que tu amor es eterno y único. Gracias por darme una nueva oportunidad Señor y aunque yo te fui infiel, tú permaneciste fiel. No hay nadie como tú maravilloso Dios. Ayúdame a buscarte de corazón y a permanecer en ti, en el nombre de Jesús, amén.
¿De qué manera crees que le somos infieles a Dios y cómo podemos cambiar?
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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