Todos hemos caído alguna vez y seguramente volveremos a tropezar y equivocarnos en otra área de nuestras vidas, pero si caíste, no te quedes en el piso, ¡levántate!
Un joven pastor fue llamado a predicar a los detenidos en una cárcel. Cuando entró en la sala y fue hasta el frente bajo las miradas de desconfianza de los presos, tuvo conciencia de que las frases piadosas no serían oportunas.
Con el corazón palpitante reflexionó lo que podría decir a estos hombres, pero mientras hacía una muda oración para pedir la dirección divina, tropezó y cayó. Las risas llenaron la sala.
El pastor se incorporó con rostro radiante, se acercó al estrado y exclamó:
Esa caída le dio la oportunidad de explicar el plan de salvación de Dios para levantar al hombre de sus caídas y hacerlo una nueva persona.
Cuando entendemos y aceptamos el enorme sacrificio que Jesús hizo por nosotros, podemos reconocer nuestra condición, pedir perdón por nuestros pecados e invitarlo a nuestra vida. Esa es la primera y más grande oportunidad en la que Dios nos levanta del suelo.
Sin embargo, gracias a nuestra imperfecta humanidad, queriendo hacer todo por nuestra cuenta, nos equivocarnos, podemos cometer errores en el trabajo, con nuestra familia y en muchas otras áreas.
Lo importante es que cuando uno cae debe levantarse, no podemos permanecer en el piso porque eso no cambiarán las cosas y sin importar cuál haya sido tu error, Dios quiere levantarte y darte una nueva oportunidad.
Si entregas tus planes a Dios y confías en Él, un tropiezo será solo eso, podrás volver a levantarte, no quedarás derribado para siempre.
Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse. En cambio, basta una sola calamidad para derribar al perverso.
Proverbios 24:16 (NTV).
¿Caíste? Vuelve a levantarte, Dios está dispuesto a ayudarte a volver a empezar.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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