En el capítulo 18 del evangelio de Mateo, podemos ver la respuesta que dio Jesús a sus discípulos cuando estos discutían sobre quién de ellos sería mayor en el cielo.
“y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. 5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.” Mateo 18:3-5 (RVR1960).
Imagino que ninguno esperaba la respuesta que recibieron, hombres maduros que hablaban sobre sus cualidades y la cercanía que tenían con el maestro, queriendo determinar la posición que les correspondería, de pronto son llamados a ser como un niño, a creer con inocencia y pureza, a ser humildes y sencillos.
Considera que esta instrucción hoy sigue vigente, muchas veces al atravesar situaciones complicadas dejamos que la duda nos invada y terminamos cuestionando a Dios sobre la razón de las cosas que suceden; pero si lo comparamos con la forma en que un niño afronta este tipo de situaciones, lo primero a resaltar es que si uno de sus padres le dice que todo está bien y que lo cuidará para que nada malo suceda con él, el pequeño lo creerá sin dudar, es más se entregará tranquilo a los brazos de su progenitor y se quedará allí confiado.
Es de esta forma que debemos acercarnos y confiar en Dios, sin dudas de por medio, sin creer que somos lo suficientemente capaces de afrontar las cosas sin ayuda de nadie, o esperando ser reconocidos por nuestras acciones. Si lo pensamos bien, estas características no las encontraremos en un niño, y con seguridad existen varias más; sin embargo, el punto es que si creemos en Dios, debemos entregarnos a Él sin reservas.
“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará”. Salmos 37:4 – 5 (NVI).
Pon tu esfuerzo en adquirir características que te acerquen más a Dios, identifica aquellos rasgos o actitudes en tu persona que intentan hacerte creer que no es necesario que aprendas a depender de Dios.
Por Cesia Serna
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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