Existe gente que recita de memoria muchos versículos de la Biblia, pero sólo como un texto más; y tú, ¿conoces al autor o solamente recitas el texto de memoria?
Hace muchos años, en una reunión informal de una iglesia a la cual asistía un famoso recitador de teatro, el pastor le sugirió recitar el Salmo 23.
El famoso actor asintió y recitó el salmo 23 con perfecta entonación y fue bien aplaudido por los presentes.
A continuación el pastor dio la palabra a un anciano fervoroso, quien recitó el salmo 23 de un modo no tan perfecto desde el punto de vista gramatical, pero sí con una emoción propia de alguien que se halla cercano a la eternidad, de tal modo que algunos de los oyentes no pudieron contener las lágrimas mientras el anciano decía: El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días.
Al terminar el acto, el recitador dijo:
– Yo no he sido capaz de arrancar lágrimas a los oyentes, a pesar de mi perfecta recitación. ¿Cuál es el secreto? A mi entender, es que yo conozco muy bien este salmo de memoria y lo he recitado como quien conoce el texto. Pero el segundo orador conoce, no solamente el texto, sino al propio Pastor al que el salmo hace referencia.
Si eres de las personas que se empeña en memorizar las Escrituras está muy bien, sin embargo, no olvides que debes conocer al autor de la Biblia y hacer vivo el texto en tu vida.
Si solo recitas versículos pero no has tenido un encuentro personal con Dios y no vives lo que dice, entonces la Biblia para ti, solamente será un hermoso libro.
Es verdad que humanamente nunca llegaremos a conocer del todo a Dios, es demasiado grande para nuestro entendimiento; pero, el tener una relación cercana con Él hace que su Palabra cobre otro sentido.
En la historia de los recitadores, el segundo, había tenido una experiencia más cercana con Dios y sabiendo que quizás su muerte estaba próxima, ese Salmo tomó otro significado para Él.
Muchas veces nos pasa lo mismo, cuando estamos atravesando pruebas, la Palabra del Señor toma un significado diferente en nuestras vidas, nos da aliento, consuelo y fortaleza.
Job, en el capítulo 42, versículo 5, dice:
«Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos» (NTV)
Busca a Dios y pídele que te revele su Palabra. Pasa tiempo con Él y conócelo para que seas capaz de decir lo mismo que Job.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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