Hay personas que dejan huellas imborrables en nuestros corazones. ¡Jesús tiene que haber sido tanto más que eso! Pienso que ha de haber tenido un magnetismo, un carisma y la divina gentileza que hacía que muchos se sintieran atraídos hacia el Maestro y otros se sintieran amenazados. Él era, es y no le hace falta probarlo.
Es fácil concluir cuáles eran los unos y cuáles los otros. Los fariseos y saduceos, miembros de la corte suprema conocida como el Sanedrín. Eran legalistas que se creían superiores a todos, hacían muestras públicas de su dedicación a Dios pero no tenían a Dios en sus corazones. Siempre estaban queriendo mostrarse como los mejores ante todos.
Por ello, se habían acostumbrado al reconocimiento y la adulación. Se hicieron viciosos de eso y lo que temían cuando vieron a Jesús, era perder eso. Sentían que la gente amaba y admiraba a Jesús y sintieron envidia y temor de perder la fama que les habían dado.
Cierto día, los fariseos y saduceos se acercaron a Jesús para ponerlo a prueba, exigiéndole que les mostrara una señal milagrosa del cielo para demostrar su autoridad. «Solo una generación malvada y adúltera reclamaría una señal milagrosa, pero la única señal que les daré es la del profeta Jonás».
Mateo 16: 1,4 (NTV)
La verdad es que la gente que es realmente rica económicamente, no anda echándoselo en cara a otros. Cuando se es, no hace falta probarlo. Incluso puede que sean mucho más sencillos que algunos con una posición cómoda en la vida, porque no se trata de lo que tienen, sino de quiénes son.
Cuando eres inteligente, no se lo tienes que demostrar tampoco a nadie. Cuando se es inteligente no hace falta probarlo, se nota. La gente que hace alardes de los conocimientos que han adquirido, puede ser que tengan otras carencias significativas y tienen mucha inseguridad.
Cuando veas una persona que quiere saber hacer de todo para probarlo ante todos, ten por seguro de que tienen inseguridades enraizadas, porque es un hecho que quienes tienen mucho conocimiento, cuando se es, no hace falta probarlo, porque al igual que los que tienen mucho dinero, no andan alardeando de ello.
De la misma manera, cuando alguien haga falso testimonio de ti, no te debe preocupar, porque tú sabes que no es así. Y más importante aún, Dios, que es el Padre amoroso y todo poderoso que tenemos, sabe bien quién es quién y solo a Él nos debe importar complacer. Ante Él ni siquiera hace falta probarlo. Él todo lo sabe.
Mi Rey y mi Señor, vengo una vez más a darte gracias por todo Tu amor y bondad infinita. Gracias por todas las bendiciones que me has dado y por Tu perdón.
Mi Dios, si me he jactado de algo o he sido burlón de quienes tienen menos que yo, sea en lo económico o en conocimientos, perdóname y ayúdame a no volverlo a hacer. Que solo me preocupen los estándares que Tú tienes para nosotros, por favor. Te amo, te necesito y te doy gracias en el nombre de Jesús, amén.
¿Quiénes te han hecho sentir menos calificado o de menos valía por tu posición económica o por tu educación?
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