“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Efesios 4:32 (RVR1960).
Ya habíamos hablado sobre el perdón, comentábamos que el mismo es una decisión que debe tomarse en obediencia a Dios y por el bien de uno mismo.
En realidad, perdonar no favorece tanto a la otra persona como a uno mismo, puesto que al hacerlo somos nosotros quienes dejamos ir sentimientos negativos que solo dañan nuestro ser, tales como la ira, enojo, resentimiento e incluso amargura.
Si aún no te decides a perdonar a quienes te lastimaron, te animo a dar el paso, para que tu corazón sea sanado y puedas ser restaurado por Dios.
Por Cesia Serna.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.
La licenciada Débora Pedace nos habla de 6 pasos para el autoperdón, la importancia de…
Mientras vivimos en una sociedad que valora las apariencias, Dios nos llama a enfocarnos en…
Como mujer se te puede hacer difícil manejar tu vida y hoy te traemos cinco…
¿Qué significa esperar en Dios? Confiar en Él, en Sus promesas y Su tiempo perfecto.…
Como cristianos, uno de nuestros mayores llamados es ser transformados a la imagen de Cristo.…
El Buen Pastor, Jesús, no te dejará y por más lejos que te encuentres, te…