Las normas forman parte del diario vivir y favorecen en el orden y equilibrio de nuestra vida. Negarse a obedecerlas muchas veces conlleva grandes consecuencias, como por ejemplo: llegar tarde al trabajo constantemente podría ser motivo de despido, o pasar el semáforo en rojo podría causar un accidente trágico.

Así mismo, el Señor nos muestra que desobedecer sus palabras causaría resultados devastadores:

“¿Por qué no obedeciste al Señor? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a los ojos del Señor? — ¡Pero yo sí obedecí al Señor! —Insistió Saúl—. ¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos los demás. Entonces mis tropas llevaron lo mejor de las ovejas, de las cabras, del ganado y del botín para sacrificarlos al Señor tu Dios en Gilgal.

Pero Samuel respondió: ¿Qué es lo que más le agrada al Señor: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.

La rebelión es tan pecaminosa como la hechicería, y la terquedad, tan mala como rendir culto a ídolos. Así que, por cuanto has rechazado el mandato del Señor, él te ha rechazado como rey.” 1 Samuel 15:19-23 (NTV)

El rey Saúl recibió órdenes claras de parte del Señor, si bien cumplió con la misión al derrotar al enemigo, él debía destruir todo y no tomar absolutamente nada. Pero Saúl se llevó lo mejor del ganado y del botín. Cuando fue confrontado por Samuel utilizó a Dios como excusa: “para sacrificarlos al Señor”. Por  rechazar las palabras del Altísimo,  fue rechazado como rey.

Cuando nos negamos a cumplir una norma o lo hacemos de forma incompleta, simplemente estamos desobedeciendo. Este aspecto se puede observar en algunos cristianos que se enamoran de personas que no comparten su misma fe, no son temerosos de Dios, por tanto, tampoco tienen el interés de crecer espiritualmente. Sin embargo, a pesar que las escrituras manifiestan que esta no sería una relación aprobada para el Señor, varios oran e incluso ayunan por este pedido ¡qué tragedia!

Muchos realizan sacrificios pensando que de esta manera el Señor aprobará su petición, pero la realidad es que si este pedido va en contra de su voluntad, estas personas solamente están acumulando terribles consecuencias por su desobediencia.

En este momento quisiera hacerte una pregunta: ¿estás obedeciendo las normas de Dios? Recuerda que la bendición es para aquellos que obedecen y se encuentran en su voluntad.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Shirley Chambi

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