Dones compartidos

Todos los dones o talentos que tienes, y de los que tal vez te hayas jactado, son dones de Dios, ¿lo sabías? Es decir, no es que por ellos tú seas Dios, porque sí, son tus dones, pero el Señor te los dio y como dice la porción de Escritura a continuación, te los dio de Su gran variedad de dones.

Y a cada persona le dio dones y talentos diferentes. Por eso ninguno es igual a otro. De manera que aprovecha esos dones y talentos para servir a quien te los dio. Sirve al Señor tu Dios con toda tu vida.

Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros.
1 Pedro 4:10 (NTV)

Estando claros en que son dones de Dios, con más pasión debemos querer hacerlo todo para Él, para nuestro Dios. Sirviendo a otros también lo servimos y agradamos a Él. Y siendo tan maravilloso, nos comparte de Sus dones por ese inigualable amor que siente por nosotros.

Nosotros debemos compartir nuestros dones

De la misma manera, pienso que nosotros debemos compartir nuestros dones. Si sabes realizar una tarea, si has aprendido cosas, transmitirlas a otros es magnífico. Los estás ayudando a hacer algo que no sabían hacer y te estás llenando de la satisfacción que nos da ayudar a otros.

Ayudando a otros es una de las mejores maneras de compartir nuestra fe, mostrándoles el amor de Jesús con acciones. Siendo gentiles y brindando la mano amiga cuando la necesiten. Se dice más con lo que hacemos que con todas nuestras palabras.

Y no olvides siempre orar. Tiempo de intimidad con Dios, contándole tus inquietudes, tus anhelos y tus dudas. Busca soluciones con Dios, ya que Él, más que una religión, quiere tener una relación contigo, y para ello, es importante darle prioridad en tu día y siempre sacar tiempo para Él.

Oración del día

Amado Dios celestial, mi Padre y mi Rey, gracias por tu amor y por esos dones y talentos que me has dado. Dirígeme hacia dónde debo ir para ponerlos a Tu servicio Señor. Que pueda yo apasionarme por servirte, sirviendo a otros y que te pueda dar prioridad en mi vida. Que siempre consiga yo tiempo durante cada día, para hablar contigo a través de la oración. Pongo mis preocupaciones, mis dudas y mis anhelos a Tus pies, pidiéndote soluciones y de Tu paz. En el nombre de Jesús te lo pido, amén.