Seguramente escuchaste a alguien decir que el evangelio no sirve, que la gente sigue sufriendo y que si Dios existiera no pasarían cosas malas; sin embargo, el problema no está en el evangelio, sino a quién ama la gente.
Un día, un fabricante de jabón que era ateo iba caminando por la calle con un cristiano evangélico a quien hablaba fuertemente contra el cristianismo:
– El evangelio que usted predica – decía – ha hecho muy poco bien en el mundo, pues aún hay muchísimo sufrimiento y maldad entre los hombres; no puedo creer en su religión.
Al poco rato encontraron un niño muy sucio jugando con barro en la calle. El cristiano le llamó la atención al fabricante y le dijo:
– Su jabón ha hecho muy poco bien en el mundo, mire usted a este muchacho tan sucio. Y no creo que su jabón sea de gran utilidad en esta tierra.
– No es cierto – se apresuró a contestar el fabricante – Mi jabón es muy bueno, eso se ha comprobado, pero que hace falta aplicarlo.
Precisamente este es el caso del Evangelio, que es poder de Dios para dar salvación y renovación de vida cuando es aplicado a las vidas de los hombres, pero hay muchísimos que no saben nada de su eficacia porque no lo han probado.
Mucha gente cuestiona a Dios por todas las cosas malas que pasan, lo culpan de los problemas de la humanidad y de toda catástrofe que ocurra.
Sin embargo, olvidan el libre albedrio y las decisiones que cada uno toma. Pareciera que es más fácil vivir de acuerdo a sus impulsos y deseos que haciendo la voluntad de Dios y llevando una vida recta; pero olvidan que todos nuestros actos tienen consecuencias.
En el evangelio de Juan dice:
Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas.
Juan 3:19 (NTV)
Si decides amar la oscuridad y vivir de acuerdo a tus deseos, no puedes quejarte del estado del mundo. Si rechazas la luz, no puedes pretender que todo te salga bien ni que el mundo sea un lugar mejor.
Empieza a vivir en la luz, muestra al mundo que el evangelio es vida y que puede transformar la oscuridad en luz, llevar vida y salvación a quien lo necesite.
Recuerda que el problema no es lo que Jesús nos enseñó, sino en quién pones tu amor; si no amas la luz, entonces nada cambiará.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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