¿No es maravilloso saber que nada nos podrá separar del inmenso e inigualable amor de Dios? Eso es algo con lo que tenemos que alimentar nuestro espíritu a diario. Nos sirve para tener esa seguridad de que nuestro Dios nos amará siempre, por encima de todo, incluso de nosotros mismos.
Es realmente una verdad poderosa que encontramos en la Biblia, en el libro de Romanos. Nos dice que no hay ninguna circunstancia que nos pueda separar del amor de Cristo. Los problemas de esta vida, de este mundo, pueden venir, pero tendremos la seguridad de que Dios está con nosotros siempre.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8:38-39 (RVR 1960)
Hasta ante la muerte seremos inseparables de Su amor
Ni tan siquiera la muerte, a la que tantos le temen, nos puede separar. Es maravilloso saber cuánto nos ama nuestro Dios. Y jamás olvidemos Su gran poder. Por tanto, contamos con ese poder para defendernos en toda circunstancia. Siempre me viene a la mente David contra el gigante.
Esa misma fe que tuvo David ante ese ogro al que un ejército de hombres fuertes y armados temía, la debemos cultivar. Tenemos que convencernos de que nuestro Dios es así de poderoso y nos ama tanto que siempre nos respaldará. Tampoco las dudas que nos puedan atacar lo cambiarán.
Y no olvides que cuando te entran dudas, estás vulnerable al ataque del maligno. Por tanto, repítete siempre que las tengas: «nada ni nadie, ninguna cosa creada ni circunstancia presente nos puede separar del amor de Cristo Jesús.»
Oración del día
Bendito y amado Jesús. Vengo ante Ti a darte gracias por todo tu amor. Nos lo mostraste en la cruz al decidir entregar tu vida por nuestras faltas. Sufriste la muerte más dolorosa por amor a nosotros y me debo recordar a diario ese inigualable amor. Ayúdame a vencer cuando las dudas se me presenten en mi mente Papito Dios. Que pueda yo vencerlas con Tu ayuda, recordando siempre Tu gran amor, y que somos inseparables. Bendíceme Señor y acompáñame siempre, te lo pido en el nombre de Cristo Jesús, amén y amén.
Aplicación
¿En qué momentos has sentido dudas o temores al olvidar que Dios siempre está contigo? Cuéntanos, por favor.