Si Jesús no hubiera resucitado, el mensaje de salvación no tendría fundamento y la fe de todos los que creen en Jesús sería inútil. En consecuencia, todos estaríamos perdidos. Pero, ¡Jesús resucitó y está vivo!
La mejor forma de comprobar que Jesús vive es por la evidencia histórica y por el testimonio de nuestros hermanos que lo vieron y confirmaron que Jesús resucitó.
El apóstol Pablo fue uno de los testigos que pudo presenciar a Jesús resucitado y el mismo afirmó lo siguiente:
Yo les transmití a ustedes lo más importante y lo que se me había transmitido a mí también. Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras. Fue enterrado y al tercer día fue levantado de los muertos, tal como dicen las Escrituras. Lo vio Pedro y luego lo vieron los Doce. Más tarde, lo vieron más de quinientos de sus seguidores a la vez, la mayoría de los cuales todavía viven, aunque algunos ya han muerto. Luego lo vio Santiago, y después lo vieron todos los apóstoles. Por último, como si hubiera nacido en un tiempo que no me correspondía, también lo vi yo. Pues soy el más insignificante de todos los apóstoles. De hecho, ni siquiera soy digno de ser llamado apóstol después de haber perseguido a la iglesia de Dios, como lo hice.
1 corintios 15:3-9 (NTV)
Lo que el apóstol Pablo está describiendo, son eventos verdaderos, reales e históricos que pasaron mientras él estaba con vida. Y no solo los apóstoles lo vieron, sino más de quinientos hermanos a la vez, antes de que subiera a la diestra de su Padre.
La resurrección de Jesús demuestra que Él es el Hijo de Dios y que podemos confiar en su palabra, que la Biblia es verdadera y confiable. Demuestra que los creyentes tenemos perdón y salvación, que viviremos con Él eternamente en el cielo.
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Juan 11:25 (RVR 1960).
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
1 tesalonicenses 4:14 (RVR 1960).
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.
Romanos 6:5 (RVR 1960).
El apóstol Pablo no creó el evangelio de la resurrección, él simplemente recibió y lo que hizo fue creer en Jesús (quien se le apareció después de resucitar) y compartir esa noticia con todos los de su alrededor.
¡Jesús está vivo!, compartamos la noticia con todos aquellos que aun no conocen a Jesús. Y gocémonos este día porque nuestro salvador vive. A Él sea gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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