“Cristo es quien va uniendo a cada miembro de la iglesia, según sus funciones, y quien hace que cada uno trabaje en armonía, para que la iglesia vaya creciendo y cobrando más fuerza por causa del amor.” Efesios 4:16 (TLA)
Muchas veces hemos escuchado decir: “Misiones se hace con las manos de los que dan, con las rodillas de los que oran y con los pies de los que van”. Si bien es cierto que no todos tenemos el llamado ni la disposición para dejar, familia, trabajo y ciertas comodidades a cambio de aceptar toda clase de persecuciones por causa del Evangelio, de todas formas, es necesario tener en claro, que si no vamos personalmente a la obra misionera, todavía podemos y debemos participar en ella.
Es importante orar por las misiones y ofrendar para su sostenimiento y desarrollo. Pero creo que nadie puede sentirse ajeno a la necesidad de compartir el Evangelio hasta lo último de la tierra. De los tres grupos que hablábamos al principio, ¿en cuál te encuentras tú? ¿Eres de los que van, de los que ofrendan para las misiones, o de los que oran por ellas?
Por Ruth Mamani
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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