No arruines tu oportunidad

¿Te ha pasado que en determinado momento actúas de acuerdo a tus emociones y después te das cuenta que perdiste una oportunidad valiosa?

Pon en práctica lo que predicas

Moody y Sankey viajaban en un vagón de tren cuando un borracho reconoció a Moody. Lo había oído predicar y empezó a imitar sus gestos y su voz. El predicador se enojó y pidió al revisor que hiciera callar al hombre.

El revisor se dirigió con amabilidad al borracho, le ayudó a tomar asiento, se sentó a su lado y le habló durante un rato. El hombre no tardó en dormirse.

Moody se quedó pensando en lo que había pasado. Dios le acusaba por sus palabras abruptas y su actitud poco cristiana.

Anoche prediqué sobre el Buen Samaritano – le dijo a Sankey- y aquí me encuentro, ¡Comportándome como el sacerdote y el levita! He echado a perder una oportunidad para poner en práctica lo que prediqué anoche.

Que Dios me perdone. Yo debía haber predicado y apaciguado a ese hombre personalmente en vez de usar mi derecho apelando al revisor.

Espera, no arruines tu oportunidad

A veces, por apuro, cansancio, molestia, vergüenza o lo que sea, dejamos pasar oportunidades únicas y valiosas que Dios pone en nuestro camino.

Todos hemos pasado por una situación así y cuando nos damos cuenta ya es tarde para cambiar las cosas. Por eso es que debemos procurar vivir en constante comunión con Dios, escuchando su voz y poniendo en práctica los dones espirituales.

Recuerda que Dios tuvo misericordia de nosotros y en medio de nuestra imperfección nos perdonó y pese a nuestros errores, sigue trabajando en nosotros. Ese es el ejemplo que debemos seguir cuando hablamos con otros.

Pero Dios tuvo misericordia de mí, para que Cristo Jesús me usara como principal ejemplo de su gran paciencia aun con los peores pecadores. De esa manera, otros se darán cuenta de que también pueden creer en él y recibir la vida eterna.
1 Timoteo 1:16 (NTV)

No desperdicies las oportunidades que Dios pone delante de ti, mantente atento a su voz.

Oración del día

Padre bueno, te doy gracias por seguir usándome para transmitir tu amor aun cuando he dejado pasar oportunidades valiosas y únicas. Te pido que me perdones si fui negligente y ayúdame a tener los ojos, los oídos y el corazón atentos para hacer tu voluntad . En el nombre de Jesús, amén.