“Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?” 1 Juan 3:17 (NVI).
Cuando alguien es egoísta se rehúsa dar a los que le piden, y nunca compartirá dinero, ni posesiones con nadie, y si no obtiene lo que quiere puede llenarse de ira, tristeza e impaciencia. Sin embargo, el egoísmo puede ser contrarrestado con el amor de Dios que procura el bien de la otra persona y no solo se enfoca en su propio bienestar.
¿Te consideras una persona generosa? Si no es así, busca al Señor para que Él te llene de su amor y transforme tu vida.
Por Giovana Aleman
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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