A veces, en nuestra ansiedad por recibir una respuesta de Dios a nuestras oraciones, menospreciamos las bendiciones que recibimos y nos desesperamos, olvidando que el Señor tiene grandes cosas para nosotros.
Se cuenta que hace muchos años, un panadero muy rico, envió a buscar a los veinte niños más pobres de la ciudad y les dijo:
– En este cesto hay una pieza de pan para cada uno de ustedes.
Ni bien terminó de decir esto, los pequeños se lanzaron al cesto, tomaron un pan y se fueron casi sin dar las gracias al panadero.
Gretchen, una niña vestida muy pobremente, esperó hasta que los demás se fueron. Tomó la pieza más pequeña que había quedado en el cesto, besó la mano del anciano y se fue a casa.
Cuando la madre de Gretchen cortó el pan encontró dentro muchas monedas de plata.
Cuando fue a devolverlas al panadero, este le dijo:
– No hija mía, no ha sido un error; las he puesto en el pan más pequeño para recompensar al que lo escogiese.
Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5: 16-18 (NTV)
Muchas veces nos desesperamos por tener mejores cosas, queremos casas más grandes, autos nuevos, ropa de moda, más títulos y reconocimiento; dejamos de ver las bendiciones que ya poseemos por estar mirando las de los demás.
Siendo honestos, si hubiéramos estado en la posición de los niños, quizás todos hubiéramos actuado como la mayoría de ellos, queriendo tomar la pieza más grande de pan porque todos eran de familias pobres.
Sin embargo, la pequeña Gretchen supo esperar, tomó el pan que quedó en la canasta y agradeció al panadero, algo que los demás no hicieron.
Humanamente es muy difícil esperar y peor aun cuando tenemos una necesidad y vemos que todos reciben bendiciones que nosotros también deseamos tener. Incluso a veces vemos como menos aquello que recibimos, no somos capaces de apreciar el tesoro que encierra eso que Dios nos ha concedido y, además de vivir descontentos y fijándonos en lo que los demás tienen, incluso olvidamos agradecer a nuestro Padre por lo que nos ha dado.
Espera, ten paciencia y agradece cada una de las bendiciones que recibes. Dios siempre nos dará aquello que necesitamos e incluso, más de lo que merecemos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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Ocasiones que la que nos preguntamos porque ellos lo reciben y nosotros no, y en realidad Dios nos pide ser pacientes, ingresé a la universidad a los 23.