Las personas podemos sembrar en nuestro entorno toda clase de semillas, unas buenas como la fe, la esperanza y el amor, u otras malas como el odio, el rencor y la amargura. Como cristianos se nos encomendó sembrar la buena semilla de la fe, así que no debemos fallar en esparcirla.
El evangelio de salvación es una semilla certificada, pues Dios mismo hace la obra para que germine y crezca en el corazón de quien la reciba.
Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.
Hechos 13:47 (RVR 1960)
No retengas solo para ti la buena semilla
Alguien tuvo que sembrar la buena semilla de la fe en ti para que puedas conocer y experimentar del amor de Dios. La salvación es fruto también de los que trabajan esparciendo el evangelio, de los que obedecen el mandato.
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
Mateo 16:15 (RVR 1960)
Puede que creas que no hay dónde puedas sembrar, pero mira a tu alrededor, ahí es donde debes esparcir la buena semilla de la fe. A veces creemos que debemos ser misioneros que viajan a otras naciones para cumplir lo que Dios nos encomendó, pero no, donde estemos podemos hacerlo.
Confía en la semilla, confía en quién te ha dado la tarea, confía en el poder del evangelio, y sé un buen sembrador.
Oración del día
Padre, gracias por hacerme parte de tu reino con la tarea de sembrar la buena semilla de la fe en otros. Te pido que me ayudes esparcirla en el corazón de los que están a mi alrededor. Dame la gracia, las palabras, la valentía y afirma el compromiso que tengo contigo de sembrar.
Gracias por quien me habló de ti y me ayudó a creer, gracias por darme la oportunidad de conocerte y por cómo me usarás para que otros te conozcan. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿De qué manera estás sembrando la buena semilla de la fe?