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Si hubieras llegado antes…

Los días pasaban y la salud de Lázaro empeoraba, sin poder hacer nada al respecto sus hermanas sólo añoraban la pronta visita de Jesús, quien conociendo la condición en la que su amigo se hallaba demoró en llegar al encuentro ¿Qué pasó? ¿Por qué Jesús reaccionó de esta forma? Si realmente era su amigo, ¿por qué se demoró dos días más donde estaba y no hizo lo posible por llegar a tiempo? ¿Qué lo detuvo? Pensamientos que posiblemente rondaban por la mente de ambas hermanas y que en ocasiones pasan también por las nuestras cuando nos hallamos en dificultades y vemos muy lejana la repuesta de Dios.

Volviendo a la historia, cuando Jesús llegó a Betania vio el rostro compungido de la gente que acompañaba a la familia doliente, pudo percibir el dolor y lo que muchos pensaban al respecto, y es que Lázaro ya tenía cuatro días en la tumba, al parecer todo había terminado para él, al menos eso fue lo que muchos creyeron e incluso las hermanas de Lázaro, quienes al ver a Jesús le reclamaron por su tardanza.

   “Cuando María llegó y vio a Jesús, cayó a sus pies y dijo:

—Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

Cuando Jesús la vio llorando y vio a la gente lamentándose con ella, se enojó en su interior y se conmovió profundamente.” Juan 11:32-33 (NTV)

¿En verdad estaba todo perdido? ¿Acaso no había nada más que hacer?

Quizá hoy te encuentras en una situación tan desesperante que te cuesta creer que Dios puede intervenir a tu favor, porque cada vez que intentas perseverar algo malo sucede, y le cuestionas a Dios: ¿Por qué tardaste? Si hubieras llegado antes, nada de esto me habría pasado; si tan sólo hubieras intervenido, no me quedaría sin trabajo; sino hubieras tardado tanto, mi esposo no se hubiera ido de casa, etc. sin darte cuenta que todas las cosas por más terribles que parezcan obran a tu favor.

Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan. Romanos 8:28 (TLA).

Cuánto nos cuesta entender que Dios hace las cosas en su tiempo y no en el nuestro, Él no se demora, ni se anticipa, sino que siempre llega a tiempo.

Finalmente, Jesús resucitó a Lázaro y todos glorificaron al Señor.

Sin importar la gravedad de la situación en la que te puedas encontrar, no dejes de confiar en Dios, ni de mantenerte firme en tu fe. Recuerda que Él conoce todos los momentos de tu vida y sabe cuándo actuar y manifestar su gloria y si no desmayas experimentarás ese cumplimiento que tanto has esperado.

Dios no tarda, ni llega demasiado temprano ¡Siempre llega a tiempo!

“En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes…”. 2 Pedro 3:9 (NTV)

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

CVCLAVOZ

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