“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe.” Gálatas 5:22 (RVR1960)
Una persona que desarrolla la paciencia no cede ante la presión de la prueba, ni ante las circunstancias adversas, tiene dominio sobre sí misma y está siempre tranquila. En cambio una persona impaciente explota ante la menor provocación lo cual puede arruinar todo lo que hasta ahora había construido.
Entonces es muy importante ser pacientes, sobre todo con las personas que no conocen a Dios y perdonarlos cuando nos ofenden. Es importante que en lugar de enojarnos o descartarlos oremos por ellos para que el Señor pueda tocar sus corazones y transforma sus vidas. Una actitud incorrecta de nuestra parte podría significar que la persona no quiera saber más de Jesús, debido al mal testimonio de alguien que dice ser su seguidor. Por lo tanto, recordemos siempre que nuestras actitudes hablan más fuerte que nuestras palabras.
La espera valdrá la pena y traerá buenos frutos… ¡Más vidas transformadas para Cristo!
Por Giovana Aleman
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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