“Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas.” 2 Corintios 4:18 (DHH)
Cuesta creer en cosas que no se pueden ver o tocar, pero la promesa de un nuevo hogar en el cielo es real y lo mejor es que será una morada eterna, un lugar especial para todos los que aceptan a Jesús como salvador. En el cielo ya no habrás más llanto ni dolor, pero además y lo mejor de todo es que estaremos ante la presencia de nuestro Señor. Si hoy tienes dudas acerca de cuál será tu morada eterna, toma la decisión de abrir tu corazón a Jesús.
Por Judith Quisbert
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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