No te sientas mal si a veces no encuentras palabras para hacer oraciones de agradecimiento a Dios. Hay tantas cosas por las cuales agradecerle y, sin embargo, se nos pueden olvidar o las podemos dar por sentadas. Importa mucho que tomes el tiempo para conectarte con Dios. Orar es conversar con Él.
Debes hacer oraciones de agradecimiento a Dios por la vida cada día al despertarte. Cuando abres el grifo para lavarte las manos, la cara, los dientes y la ducha, agradece. No todo el mundo tiene agua corriente disponible cuando la necesitan.
Lo cierto es que vivir en gratitud te enfoca en lo que tienes, en lo que has logrado y en las bendiciones de Dios. Por tanto, la gratitud suaviza tu corazón y te enfoca en Dios, el dador de todo. A cada instante debes hacer oraciones de agradecimiento a Dios.
La gratitud abre tu corazón para que el Espíritu Santo cultive Su fruto: el amor, la alegría, la paz, la paciencia, bondad, amabilidad y autocontrol. Y vivir así te pone una sonrisa en el rostro; eso significa vivir con contentamiento.
Moisés y el pueblo entero de Israel, luego de que Dios abrió el mar para que pudieran cruzarlo y ser libres de la esclavitud, cantaron dando gracias a Dios. Por tanto, ya sabes que puedes dar gracias a Dios cantando a Dios, esa puede ser tu oración.
Cantaré al Señor, porque ha triunfado gloriosamente; arrojó al mar al caballo y al jinete.El Señor es mi fuerza y mi canción; él me ha dado la victoria. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, ¡y lo exaltaré!
Éxodo 15:1-2 (NTV)
Ana quería un hijo, pero era estéril. Por tanto oró y pidió a Dios que le concediera un hijo. Cuando Él le respondió y Ana pudo ser madre, se cuenta que le expresó su agradecimiento mediante una hermosa oración de la cual te vamos a compartir una corta parte. También ofreció a su hijo para el servicio al Señor. También puedes orar haciendo ofrendas a Dios, si lo deseas.
¡Mi corazón se alegra en el Señor! El Señor me ha fortalecido. Ahora tengo una respuesta para mis enemigos; me alegro porque tú me rescataste.¡Nadie es santo como el Señor! Aparte de ti, no hay nadie; no hay Roca como nuestro Dios.
1 Samuel 2:1-2 (NTV)
David en muchas ocasiones falló y pasó por momentos muy difíciles; pero en todo tiempo leemos que alababa al Señor. David danzaba en las calles como respuesta a Dios y lo adoró incluso después de la muerte de su hijo. Aun en las temporadas más oscuras de su vida, él sabía que el agradecimiento a Dios en oración siempre era necesario. Como David, aun cuando estés pasando por pruebas o momentos de dificultad, debes orar con agradecimiento.
Den gracias al Señor y proclamen su grandeza; que todo el mundo sepa lo que él ha hecho. Canten a él; sí, cántenle alabanzas. Cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas.Regocíjense por su santo nombre; alégrense ustedes, los que adoran al Señor.
1 Crónicas 16:8-10 (NTV)
El leproso samaritano fue uno de los diez leprosos que Jesús sanó; pero solo él glorificó a Dios y se postró delante de Jesús para darle las gracias. De igual forma, tú muestra en todo momento gratitud a Dios con alabanzas y haciendo todo cuanto hagas como para Él, siendo consciente de que gracias a Él tienes la capacidad de hacerlo.
Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano. Ser agradecidos con Dios sin importar las circunstancias ni lo que hagan los demás a dejen de hacer es un ejemplo a seguir.
Lucas 17: 11-16 (RVR 1960)
Jesús era Dios y pensaríamos que no tenía por qué dar gracias, pero a menudo lo hacía. Él nos dejó ejemplo de cómo debemos comportarnos y mostrar agradecimiento a Dios y apartarse en oración fue algo constante en Él. Dio gracias cuando hizo el milagro de multiplicar la comida rodeado de gente. Dio gracias a Dios por escuchar su oración por la resurrección de Lázaro aun antes de que este se levantara de la tumba. Y sabiendo la muerte que iba a sufrir, en la última cena, dio gracias al Padre mientras partía el pan y bebía la copa con los apóstoles. Como cristianos, debemos parecernos cada día más a Jesús, por tanto, no olvides orar y dar gracias a menudo.
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
Juan 11:41-43 (RVR 1960)
Señor mi Dios, te doy gracias por todas las bendiciones que me has otorgado. Me has dado mucho más de lo que yo hubiese imaginado posible. Cada día veo Tu obra en mi vida. Gracias. Me has rodeado de gente que me quiere y a quienes le importo. Gracias por ellos y por la vida que me has dado. Ayúdame a ser constante en la oración y con agradecimiento a Ti, amén.
Amado Padre Celestial, te agradezco hoy y todos los días por la familia que me has dado. Mi familia de sangre, mis padres, abuelos, hermanos, tíos, primos, hijos, y la familia de la iglesia y mis vecinos. Todos me bendicen a diario con palabras y acciones amables. Ayúdame a amarlos cada día más y a poder ayudarles en todo cuanto pueda. En el nombre de Jesús, amén.
Mi Rey amado y adorado Jesús, quiero darte gracias por Tu amor infinito. Te doy gracias por haberme permitido vivir hasta hoy y hasta cuando Tú dispongas. Gracias infinitas por haberme guiado, por haber estado presente siempre que te llamé y me libraste del peligro en el que podía meterme o en el que pude haber estado. Te doy gracias por la fortaleza que me das en momentos en que me siento débil. Te amo con todo mi corazón. Amén.
Bendito y amado Padre, mi Dios, mi Señor. Te doy gracias porque le has dado sentido a mi vida y me has dado propósito. Gracias por eso, por escogerme, por aceptarme y por llamarme Tu hijo. ¡Qué gran privilegio, Señor! Te estoy agradecido por tener un techo bajo el cual refugiarme, por tener comida cuando he tenido hambre, por tener un lecho donde dormir cómodamente. Agradezco por el agua en mi grifo, por el aire que puedo respirar y las maravillas que Tú creaste y que puedo ver cada día. Gracias infinitas, mi Dios. Amén.
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