La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte. Santiago 1:14-15 (NTV)

La biblia relata que cuando Abel y Caín crecieron, el primero se hizo pastor de ovejas, mientras que el segundo se dedicó a cultivar la tierra. Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para Dios. Abel también lo hizo, presentó las mejores partes de algunos de los corderos que eran las primeras crías de su rebaño. El Señor aceptó a Abel y a su ofrenda, pero no a Caín.

“¿Por qué estás tan enojado? —preguntó Dios a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído? Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo”.

El final de esta historia es trágico, porque Caín no tomó en cuenta la advertencia que Dios le dio y terminó matando a su hermano.

Su ofrenda fue rechazada porque Dios conocía su corazón y sabía que en él no había la disposición de darle lo mejor que tenía. Caín simplemente cumplió con entregársela, no se esforzó por preparar y separar para el Señor las primicias de sus cultivos.

Las consecuencias de la desobediencia tarde o temprano nos alcanzarán, no podremos escapar de ellas; por esa razón, toma en cuenta los sabios consejos que Dios nos da en su Palabra, la Biblia y los de las personas que pone a tu alrededor para prevenirte antes que tomes una mala decisión. Huye de la tentación y no juegues con ella porque puede causarse mucho dolor.

Debes estar consciente que al pecar pones en riesgo tu permanencia en la eternidad por disfrutar momentos de placer que jamás te darán la completa felicidad. Reconoce tu condición, confiesa tus pecados y regresa a los brazos de tu Padre Celestial para vivir bajo su cobertura. No te salgas de ella ni sigas viviendo de la misma manera, determina en tu corazón ya no ceder a la tentación, aléjate de todo lo que te está apartando de Dios e impidiendo que sus planes se cumplan en tu vida porque los resultados de tus actos no solo podrían afectarte a ti sino también a las personas que amas y a tus próximas generaciones.

Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. Mateo 26:41 (NTV)

Toda resistencia a la voluntad de Dios y a sus mandamientos, nos impedirán disfrutar de una vida abundante y crearán barreras en nuestra comunión con Él.

Esfuérzate cada día por vivir por convicciones y no solo por emociones.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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